En un nuevo artículo científico publicado en la revista European Journal of Forest Research demostramos las dificultades para reducir el peligro de incendios forestales en un contexto de cambio climático que generará cada vez con más frecuencia fenómenos meteorológocos extremos. Para ello se ha seleccionado un área de estudio en el macizo de Caroig (Valencia, SE de España) en el que se hizo un exhaustivo estudio de los modelos de combustible presentes incluyendo la caracterización de la cubierta arbórea mediante tecnología LiDAR. Se simularon 40 incendios en cuatro escenarios de vegetación para testar el comportamiento del fuego en cada una de las situaciones durante un episodio de meteorología extrema como la que se produjo durante el incendio de Cortes de Pallás de 2012 en la misma provincia. Según las previsiones de cambio climático este episodio se podría repetir al menos dos veces hasta el 2050. Los modelos obtenidos predicen la variabilidad del área quemada y los parámetros del comportamiento del fuego en función de los escenarios de vegetación simulada obteniendo un ajuste en torno al 50%, esto es, la vegetación explicaría el 50% de la variabilidad del comportamiento del fuego incluso en escenarios de meterología extrema. En estas condiciones el escenario de vegetación a nivel de paisaje más desfavorable es el que está comenzando en la actualidad y está previsto que siga agravándose a medio plazo: ausencia de gestión y abandono de usos agrarios con la consiguiente colonización de parcelas agrícolas por la vegetación forestal, lo que implica un aumento de la superficie forestal efectiva y por tanto incendios más grandes y peligrosos. Desde muchos sectores se está proponiendo que los aprovechamientos de madera para obtener energía podría paliar en parte este proceso. Los resultados sugieren que, aunque a escala de rodal o incluso de monte esto pueda ser posible, a escala de paisaje las simulaciones muestran resultados similares a la situación actual en ausencia de gestión. Un cuarto escenario en el cual se actuara disminuyendo la carga de combustible en grandes extensiones de matorral y donde se redujera la carga de matorral bajo arbolado en las áreas gestionadas para obtener bioenergía sería la opción que ofrecería una disminución significativa del peligro de incendios. Por tanto el desarrollo de tecnología que permitiera aprovechar, no sólo el arbolado, sino el matorral para obtener energía y la generalización de los diferentes métodos de disminución de la biomasa de matorral (quemas prescritas, pastoreo, desbroces) se plantea como la opción más viable para reducir el potencial de incendios forestales en condiciones meteorológicas extremas. En este sentido se está trabajando en diferentes proyectos Europeos y nacionales como ENERBIOSCRUB y GEPRIF.

 

 Caracterización de los modelos de combustible del macizo de Caroig (120.000 ha). Modelos de superfcie (arriba) y de copas (abajo) en los cuatro escenarios simulados en condiciones de meteorología extrema: (A) Situación acutal donde se muestran los 40 puntos seleccionados de inicio de las simulaciones de incendios efectuadas con el simulador FARSITE (USDA Forest Service) (B) Ausencia de gestión con abandono de usos agrarios (C) Extracción de biomasa de arbolado de manera sostenible (D) Estracción de biomasa de arbolado y matorral de manera sostenible. Los modelos de superficie fueron suministrados por el Consorcio de Bomberos de Valencia (agradecimientos a Raúl Quílez) y la densidad aparente del dosel de copas fue obtenida ajustando una función lineal usando al procesado LiDAR de PNOA y datos de campo suminstrados por el proyecto LIFE+ Bioenergy & Fire Prevention.

 

Diversos medios de comunicación se han hecho eco de este estudio. Se adjunta el podcast de una noticia emitida en RNE Castilla y León con entrevista incluida a Javier Madrigal, autor principal del trabajo:

Valencia